Después de que se concluyera con la lectura de las acusaciones que pesan sobre él, el genocida Jorge Olivera Róvere se negó a declarar y el Tribunal procedió a dar lectura de indagatorias anteriores en las que el represor alegaba desconocer la existencia de centros clandestinos de detención en la subzona Capital del Primer Cuerpo de Ejército, jurisdicción de la que era jefe. Mañana está previsto que comience la ronda de testigos.
Darán testimonio acerca de la desaparición de Carlos Florentino Cerrudo, secuestrado el 9 de noviembre de 1976 de su domicilio en la calle Sarmiento de la Capital Federal por personal dependiente del Ejército Argentino. También, acudirán testigos a relatar los hechos relacionados con la desaparición de Lorenzo Gerardo Gerzel, secuestrado el 16 de septiembre de 1976 de su lugar de trabajo. Gerzel fue visto en el centro clandestino detención que funcionaba en Coordinación Federal.
Asimismo, testimoniarán acerca de la desaparición de Santiago Pedro Astelarra Bonomi, secuestrado el 24 de noviembre de 1976. Astelarra Bonomi vivía junto a Norma Mary Scopice, quien se arrojó por la ventana en el momento del procedimiento, y la hija de ella, de cuatro años. Cuando un vecino le preguntó a los represores qué debía hacer con la nena, le respondieron que llamara a un teléfono que correspondía al Primer Cuerpo de Ejército, dejando en claro qué personal había participado del operativo.
Tras los incidentes con los trabajadores de Canal 7 y con el fotógrafo de la agencia Télam denunciados por Justicia YA!, el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 accedió hoy al ingreso de un único fotógrafo, quien retrató al genocida. Las imágenes ya pueden verse en el blog de prensa.
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